sábado, 18 de junio de 2011

"Sociedades Argentina y Chilena, penetradas por el Narco Méxicano" (EL MERCURIO)

(El Mercurio, 2009).- Efedrina. Hasta la semana pasada, esa sustancia química era familiar para los alérgicos y para quienes padecen de congestión nasal. También para los futboleros que recuerdan el doping positivo de Diego Maradona en el Mundial de EE.UU. en 1994. Pero desde ahora, en Chile, esa palabra significa drogas sintéticas, tráfico, narcos y peligro.
El lunes de esta semana, la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) se anotó un gran golpe: el decomiso de 1.100 kg de efedrina en las bodegas de un laboratorio y cuatro detenidos. Nada menos que la mayor incautación de ese compuesto en la historia del país.
A estas alturas ya no es sorpresa, pero debería serlo: quienes esperaban los insumos eran los violentos carteles de narcotráfico mexicano; desde hace un tiempo, los villanos del continente. Consultados en la Fiscalía Occidente de Santiago, que lleva el caso, dijeron que es muy difícil determinar exactamente qué cartel era el destinatario del cargamento de efedrina.
Claramente, los narcos no pretendían montar una fábrica de antihistamínicos. Drogas sintéticas como éxtasis, anfetaminas y metanfetaminas, cuyo producto base son la efedrina y la seudoefedrina -que es la que está más presente en los remedios locales-, son la moda entre los carteles, y por estos días es la principal demanda del gran mercado mundial de la droga: Estados Unidos.
Desembarco en el sur
Sudamérica aparece como tierra fértil para los carteles y su necesidad de drogas sintéticas. Hay varios factores.
Como una transnacional, las grandes ganancias a bajos precios son prioridad para los carteles. Así, el costo de producción de drogas sintéticas es un tercio del de la cocaína o la marihuana, y las ganancias son tres veces más que las obtenidas por drogas naturales tradicionales, explicó Carlos Medina, funcionario en Colombia de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), al diario El Universal de México.
Otro factor. En las últimas décadas, la región se ha centrado en el control de las drogas "ecológicas" -como las llaman los narcos mexicanos-, como marihuana y cocaína. Por eso, las legislaciones de los distintos países de la zona han dejado vacíos sobre el control de compuestos como la efedrina.
En México ya aprendieron, y desde 2006 los medicamentos no pueden usar esa sustancia, y su venta e importación está prohibida. En cambio, en el Cono Sur, donde el narcotráfico no era de los principales problemas, leyes más duras eran innecesarias. Hasta ahora.
En Chile, el Conace (Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes) aseguró en noviembre pasado que este año comenzarán a controlar las polémicas sustancias.
Nuevas zonas
La "guerra" contra el narcotráfico del Presidente mexicano, Felipe Calderón, es feroz. Miles de militares en las calles y los carteles peleándose entre sí, y ahora EE.UU., que ofreció un papel más activo.
Para Ricardo Ragendorfer, especialista argentino en temas de seguridad, el desembarco del narco mexicano en Sudamérica no se da sólo por las facilidades para adquirir efedrina, sino que "habría que ubicarlo también con el recrudecimiento de la represión contra los delitos del narco en el propio México. Eso hace que salgan a buscar nuevas zonas para operar. Y en un mundo cada vez más interconectado no es de extrañar que ya estén operando en Argentina". Paraguay sería la otra punta de lanza de los narcos en la región, y también en Uruguay se ha denunciado la presencia de narcos mexicanos en busca de precursores de drogas sintéticas. Y ahora, Chile.
Pero hay más. Según el Departamento de Estado norteamericano, para mantenerse en el mercado, los narcos mexicanos aumentarán el tráfico de precursores como la efedrina, desde África, Venezuela o Colombia, y este último país podría comenzar a preparar metanfetaminas si la producción mexicana no da abasto a la demanda estadounidense.
En Colombia, investigaciones han mostrado que grupos emergentes comienzan a considerar elaborar drogas sintéticas, como resultado de su comunicación con sus socios del norte.
El problema argentino
"Tan fáciles resultan las cosas en Argentina que los carteles colombianos y mexicanos decidieron fabricar la droga llamada éxtasis directamente en Argentina. Es decir, el país dejó de ser proveedor de una materia prima, la efedrina, para convertirse en fabricante de la droga", opinó en agosto pasado Joaquín Morales Solá, columnista de La Nación. El diario Crítica aseguró en noviembre que los carteles del Golfo y de Sinaloa serían los con más presencia en Argentina. Entre abril y septiembre hubo 9 casos de decomisos de efedrina.

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