El presunto narcotraficante mexicano Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, acusó a autoridades de Estados Unidos de proteger al cártel de Sinaloa, con el cual él está vinculado, a cambio de información sobre otros grupos delictivos.
Algunas de las dependencias involucradas en el supuesto arreglo fueron el Departamento de Justicia, la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) y la agencia antidrogas estadounidense (DEA), aseguró Zambada en un testimonio escrito presentado por su defensa ante una corte en Illinois.
Hijo del capo Ismael El Mayo Zambada —aun prófugo—, El Vicentillo afirmó que el pacto se firmó antes de 2004. El cártel de Sinaloa, considerado uno de los más poderosos de América, es dirigido por El Mayo y Joaquín El Chapo Guzmán.
“(El arreglo obligaba a Estados Unidos a) no compartir información alguna con el gobierno mexicano sobre el cártel de Sinaloa para que no fueran detenidos o se interfiriera en sus operaciones”, indicó en el testimonio.
Washington, además, debía informar a la organización criminal sobre las investigaciones de la DEA o autoridades mexicanas en sus zonas de operación, “para que sus líderes pudieran tomar las medidas apropiadas para escapar”.
Zambada fue detenido por militares en una zona residencial de la Ciudad de México en marzo de 2009, junto con otras cinco personas, sus presuntos escoltas. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) lo acusó entonces de controlar la estructura de operación, logística y seguridad del Chapo Guzmán.
En febrero de 2010, el gobierno mexicano lo extraditó a Estados Unidos, donde se le procesa por narcotráfico. En su testimonio, el sospechoso sostuvo que antes de ser detenido en México fue “traicionado” por autoridades estadounidenses, que revelaron su paradero.
“(El pacto con Washington fue) ratificado personalmente por agentes estadounidenses en una reunión en 2009, horas antes de ser arrestado por el gobierno mexicano”, indicó en el documento.
Tras conocer el testimonio, la fiscalía estadounidense a cargo del caso pidió al juez que ordene a Zambada presentar pruebas del supuesto arreglo.
La corte, que procesa al acusado de conspiración para poseer y distribuir cocaína y heroína en Estados Unidos, señaló recientemente que el asunto podría durar hasta tres meses debido a su complejidad. De ser hallado culpable, Zambada podría recibir cadena perpetua.
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