La PGR sabe que tienen alta capacidad de fuego y organización; cobran cuotas a grupos que llevan drogas a EU: fuentes de seguridad.
Periódico La Jornada
Domingo 17 de febrero de 2013, p. 5
Domingo 17 de febrero de 2013, p. 5
Sangre Z, Golfo Nueva Generación y La Corona, son tres cárteles integrados por desertores de otras organizaciones dedicadas al tráfico de drogas, que compiten a escala regional en zonas del Pacífico, el occidente y el Golfo de México con grupos de los cuales hace unos meses formaron parte: los cárteles de Sinaloa, Los Zetas y del Golfo, revelaron funcionarios del gabinete de seguridad nacional.
Las fuentes refirieron que la Procuraduría General de la República (PGR) tiene conocimiento, mediante varias averiguaciones previas, de que estos grupos cuentan con alta capacidad de fuego y organización, y en algunas zonas del país cobran derecho de piso a narcotraficantes que utilizan sus rutas hacia Estados Unidos.
A diferencia del cártel original de Los Zetas, los integrantes de Golfo Nueva Generación y Sangre Zeta no participan o realizan tráfico de indocumentados ni extorsiones para obtener dinero.
El gobierno federal estima que existen 70 grupos regionales que controlan la distribución de drogas en el país, pero La Corona, Sangre Z y Golfo Nueva Generación son consideradas las organizaciones emergentes más importantes del centro y el norte del país, mientras que en la zona sur de la República destaca el cártel Independiente de Acapulco.
El grupo Golfo Nueva Generación surgió en Matamoros, Tamaulipas, cuna del cártel del Golfo, fundado por Juan Nepomuceno Guerra, inicialmente dedicado al contrabando y que después se desarrolló como una organización que controlaba el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos en la zona del estado de Texas.
Aunque permaneció unido hasta 1996, en 1997, con la extradición de Osiel Cárdenas Guillén a Estados Unidos, el cártel del Golfo se dividió y Los Zetas –que en un principio eran el brazo armado del grupo– crearon su propia banda y comenzaron los conflictos entre los líderes: Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta; Heriberto Lazcano Lazcano, El Verdugo, y Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40.
En noviembre de 2010, Tony Tormenta fue abatido por efectivos de la Secretaría de Marina y su hermano, Mario Cárdenas, fue detenido en septiembre de 2012. Aunque algunos integrantes de la familia Cárdenas Guillén siguen operando, no lograron mantener unidos a sus operadores regionales y éstos crearon el cártel del Golfo Nueva Generación, indicaron las fuentes consultadas.
La historia de Sangre Z está relacionada con la presunta muerte de Heriberto Lazcano Lazcano, en noviembre de 2012, en Coahuila. Las diferencias entre los operadores regionales surgieron a raíz de un rompimiento con el segundo de la organización, Miguel Ángel Treviño Morales. Y un hombre identificado como El Z-50, según los funcionarios entrevistados, creó la nueva organización, que tiene como enemigos a sus ex socios de los cárteles del Golfo y de Los Zetas.
Por otra parte, en septiembre de 2012, en varios municipios de la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco, principalmente en Tlajomulco de Zúñiga, aparecieron narcomantas en las cuales el grupo La Corona amenazaba a Nemesio Oceguera Cervantes, El Mencho, identificado como el líder del cártel de Jalisco Nueva Generación, que supuestamente sirve a Joaquín El Chapo Guzmán Loera para combatir a Los Zetas en entidades como Veracruz, Jalisco, Zacatecas y Colima.
En días pasados, en el municipio lalisciense de San Juanito Escobedo fueron aprehendidos seis integrantes de esta organización criminal en posesión de más de 500 kilos de mariguana, armas largas y cortas, y varios vehículos. Entre los detenidos estaba un menor de edad que se encargaba de trasladar la droga en camiones de carga a otras entidades.
La Corona surgió de narcotraficantes que servían al cártel de Sinaloa y eran leales a Ignacio Coronel Villarreal, Nacho Coronel, quien fue abatido por efectivos del Ejército el 29 de julio de 2010 en una vivienda en el municipio de Zapopan.
Según los funcionarios consultados, el cártel de Sinaloa ha sufrido dos escisiones por supuestas delaciones que dieron como resultado una detención y un asesinato. La primera ocurrió en enero de 2008, con los hermanos Beltrán Leyva, después de la detención de Alfredo El Mochomo, en Sinaloa. La segunda, con la muerte de Nacho Coronel Villarreal.
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