La revista estadounidense ‘The New Yorker’ publica en su edición más reciente (julio de 2012), un texto llamado “The Kingping (Pez Gordo): la lucha por Guadalajara”, que retrata el trabajo de los gobiernos por descabezar a los capos de las drogas, en este caso en Jalisco, y que ha derivado en una encarnizada lucha entre los cárteles de Sinaloa y los Zetas, en el contexto de las elecciones de gobernador y a la Presidencia en México.
La revista afirma que México vive una “guerra civil de baja intensidad” cuyo campo de batalla son pueblos y ciudades con historias trágicas. El texto sobre seguridad, drogas y política, advierte sobre las acciones violentas donde los civiles también son blanco de los cárteles, como sucedió en el Casino Royal de Monterrey, o con la matanza de Boca del Río, Veracruz, o bien, tras los granadazos en Morelia, Michoacán, la noche de un 15 de septiembre, entre otros hechos.
“La parte más débil de la estrategia del ‘kingping’ es la fragmentación de los narcotraficantes en grupos más pequeños ultraviolentos y en guerra. Esta versión de policías y ladrones de la guerra contra las drogas, no puede, en ningún sentido,tomarse a la ligera. La idea de un estado unificado que frenéticamente persigue a los chicos malos es pura ‘pantalla’”, publica ‘The New Yorker’.
“Calderon ha seguido la estrategia del “kingping” como las cartas que Estados Unidos usó en el Irak después de Saddam”.
Los escapes del ‘Chapo’
El autor del texto de ‘The New Yorker’, William Finnegan, publica este amplio reportaje realizado en la zona de Guadalajara, donde el centro de atención es la lucha contra la delincuencia del presidente Felipe Calderón, y su intención de atrapar al ‘Pez Gordo’ que controla esa plaza, llamado el ‘Chapo´ Guzmán, el “narcotraficante más poderoso del mundo”. Pero, añade, la zona está caliente “y los Zetas quieren entrar”.
Finnegan duda de la forma en que tanto PGR y Ejército informan de los hallazgos de narcolaboratorios en Jalisco y los números reales de los decomisos que ponen en tela de juicio a dichas instituciones.
El texto también relata cómo se escapó Guzmán Loera de la cárcel de Puente Gande y cómo recientemente en Cabo San Lucas tampoco pudo ser detenido por la Policía Federal.
A continuación algunos fragmentos de la traducción del texto de 12 páginas de la prestigiada revista
“(…)Dos días antes de que abriera la feria (Internacional del Libro en Guadalajara) 26 cuerpos fueron tirados bajo los Arcos del Milenio, un monumento ubicado en el centro de la ciudad. Cerca de los cuerpos, que mostraban marcas de tortura, había un mensaje –conocido como ‘narcomanta’— firmado por Los Zetas, el grupo del crimen organizado más temido en México. El mensaje se burlaba del Cártel de Sinaloa. (…)’Estamos en Jalisco y no nos vamos a ir’, anunciaron los Zetas: ‘Esto es la prueba de que estamos metidos hasta la cocina’”.
“(…)En México, generalmente es imposible saber quién está detrás de algo –una masacre, una candidatura, un asesinato, la captura de un jefe criminal, un ‘descubrimiento’ de corrupción de alto nivel. En cualquiera de los casos la verdad es fluida y compleja para ser definida o se mantiene en la oscuridad para cualquiera que no está directamente involucrado en manipular hechos. Esto explica por qué una ciudad (Guadalajara) que se entiende está ampliamente controlada por un grupo criminal de corte internacional (el ‘Chapo’ Guzmán’) puede ser considerada a si misma como refugio de la cultura y viabilidad comercial”.
“(…) Los seis años de Felipe Calderón están por terminar y esta elección puede verse con justa razón como un referéndum de su ofensiva militar contra la delincuencia organizada, que ha costado la vida a aproximadamente 50 mil personas y que ha dejado el país psicológicamente maltratado. El Partido Acción Nacional (PAN) de Calderón está muy atrás en las encuestas. Su candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, realiza su campaña con el ‘slogan’ de ‘’Josefina Diferente’ esperando distanciarse de Calderón, pero ella trabajó en su gabinete y sus propuestas para recuperar la seguridad no son notablemente diferentes de las actuales
“La plataforma de seguridad de Peña Nieto tampoco es especial. Él eventualmente regresará al Ejército a sus cuarteles y, como lo hace cualquier presidente electo, renovará la policía (…) Haber quitado el corrupto y autoritario PRI en el 2000, fue un gran momento para la democracia en América Latina. Ahora parece que los votantes mexicanos están preparados para traer de nuevo al Partido”.
“Calderón inició su asalto militar contra los cárteles inmediatamente después de que inició su gobierno, en diciembre del 2006. Él había ganado por muy poco la elección en ese año y López Obrador, en una reacción arrogante, no aceptó el triunfo; mucha gente consideró que Calderón inició ‘su guerra’ en lugar de darle vuelta a la página –para tratar de consolidar su legitimidad en su despacho. Un funcionario panista de carrera (su padre cofundó el PAN), Calderón no es un personaje particularmente colorido o convincente y su repentina adopción del rol de líder en tiempos de guerra fue visto por críticos como abrumador. Una vez que se consolidó, regularmente fue acusado de ser ‘dócil’ con el Cartel de Sinaloa. Una estrategia anti crimen sin ganancia es entendiblemente la visión general de México: cualquier ataque del gobierno a un cártel debe ser a petición de sus rivales.”
“(…) La parte más débil de la estrategia del “kingpin” es la fragmentación de los narcotraficantes en grupos más pequeñas ultraviolentos y en guerra. Esta versión de policías y ladrones de la guerra contra las drogas, no puede, en ningún sentido, puede tomarse a la ligera. La idea de un estado unificado que frenéticamente persigue a los chicos malos es pura ‘pantalla’.
“(…)El hecho de que la libertad de Guzmán Loera ha ido avergonzando al Presidente de México por años refleja un cambio en los poderes fundamentales entre el estado mexicano panista y el crimen organizado. Antes del 2000, los grupos del crimen organizado prosperaban, pero el gobierno federal controlaba. Había líneas bien entendidas que los cárteles no podían cruzar”.
“(…) Nadie cree que el gobierno está ejerciendo su autoridad hoy en México. No está claro si quiera que el capturar o matar al ‘Chapo’ Guzmán traería a la administración de Calderón una inesperada ganancia de popularidad, por no hablar de que ayude al PAN recuperar el terreno que necesita para ganar la inminente elección presidencial. En Guadalajara, el pasado mes de marzo se produjo un ataque a gran escala del Ejército, con helicópteros, cerca del centro de la ciudad. Los militares trataron de sellar la zona habitada. Los narcos respondieron con el secuestro de veinticinco camiones y autobuses municipales, es prendieron fuego, y bloquearon las principales avenidas de la ciudad.
“El Ejército, cada vez más reservado y desconfiado, con justa razón, de gobierno estatales, no informó de sus planes ni al gobernador, ni al alcalde, ni a la Policía Estatal, ni la Policía Municipal, ni de la Policía Federal de sus planes. Los tapatíos tuvieron que permanecer escondidos en sus casas y lugares de trabajo, llamando y enviando correos electrónicos unos a otros, esperando en vano por información por parte del gobierno mientras veían como el cielo se llenaba de humo y de sirenas.
“Un joven que conocí pasó la tarde viendo las noticias en televisión sobre los narco bloqueos. Uno de sus grandes temores de ese día, dijo, era que el Ejército podría matar o capturar a el ‘Chapo ‘Guzmán. Eran habitantes de clase media de Guadalajara dolorosamente conscientes de lo que está haciendo el crimen organizado en México –no son fans del ‘Chapo’ en ningún sentido— pero temen que, si Guzmán Loera ya es líder del Cártel de Sinaloa, se desatará un infierno en esa entidad. Esta es una opinión generalizada, basada en la ardua experiencia vivida y consecuencia e la estrategia del “kingping” de Calderón”.
“(…) La utilización de Calderón del Ejército Mexicano, primero justificada relativamente por una buena reputación, sólo la ha ensuciado, dado que los soldados han cometido un creciente número de crímenes contra civiles y no ha podido resistir a la tentación del dinero”.
“(…)El candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, el popular ex jefe de gobierno de ciudad de México, que estuvo cerca de ganar la Presidencia en 2006, este año se ha movido (ideológicamente) hacia el centro, dejando a un lado su retórica de confrontación”.